Analisis sobre el cuento "Las ovejas y las rosas del padre Serafín" de Manuel Díaz Rodríguez

El cuento narra un acontecimiento ocurrido en un pueblo poco tiempo después del fin de la guerra, narrado en tercera persona con un narrador omnisciente. El cuento empieza introduciéndonos a un pueblo de Venezuela con sus negocios cerrados y los habitantes del pueblo enfurecidos en las calles con machetes, cuchillos, revolver, entre otras diversas armas. Los pueblerinos estaban enfurecidos por la aparición de un visitante negro, el cual después de una serie de acontecimientos
había salido huyendo al Ávila, un ciudadano que es desconocedor de lo ocurrido intenta indagar acerca del asunto, donde los ciudadanos cuentan lo sucedido así como el origen del visitante. El autor deja en claro que el origen del visitante es desconocido “…Nadie sabe de dónde vino. Unos dicen que de Caucagua, otros que de Higuerote, otros que del Tuy.” (Rodríguez, s.f.). Posteriormente nos narra brevemente los acontecimientos que provocaron la furia del pueblo “Llegó y se convidó jugar con nosotros en el corredor de la pulpería: ahí mismito estábamos nosotros limpios como unas patenas, y él con todos los reales” (Rodríguez, s.f.) acusándolo de brujo por haber ganado todas las partidas y haberse llevado el dinero de las apuestas, posteriormente ocurre un enfrentamiento entre Saturno, un joven que también estaba jugando, y el visitante, provocado por la presunta brujería, debido al enfrentamiento Saturno muere “… como Saturno era tan arrojado, se metió, y como el otro fue tan sinvergüenza que no quitó el machete y lo dejó siempre de punto, punta fue, que Saturno cayó redondo y que ahí lo está llorando la pobre Higinia…” (Rodríguez, s.f.). Posteriormente ocurrió otro evento que acentuó la creencia de que el visitante era brujo “…Forcejeando y forcejeando con él, yo lo agarré por el pelo, tan duro, que tres chicharroncitos se me quedaron en las manos. Yo los tiré al suelo, y ¿sabe usté lo que entonces pasó, compadre? ¿A que no adivina? Pues que los tres mechoncitos de pelo echaron a correr convertidos en ratones.” (Rodríguez, s.f.). El visitante después de estos sucesos huyó y el autor nos narra la persecución de que tuvieron los jóvenes de la ciudad para atrapar al visitante, al ser atrapado, los visitantes torturaron al visitante y lo capturaron y escoltaron devuelta al pueblo, algunos de los jóvenes se adelantaron al grupo para informar a los pueblerinos que el visitante había sido capturado, al ocurrir esto los habitantes del pueblo deciden no comentarle nada al padre Serafín ya que este intentaría impedir que tomaran justicia, al llegar el grupo de jóvenes con el visitante el padre Serafín sale de la iglesia debido al escándalo y observa lo que están haciendo los pueblerinos e intenta detenerlos predicando y regañándolos pero todos sus esfuerzos son inútiles hasta que el visitante expresa su última voluntad de confesarse, por lo que llaman al padre y este hace hasta lo imposible para llevar al visitante hasta un lugar donde este seguro pero la gente no lo permite y declara que la confesión seria en la calle real, después de la confesión el padre intenta hacer recapacitar a sus feligreses, logrando que por lo menos permitan que el visitante tenga una muerte tranquila, el visitante al terminar la confesión declara que lo único que quería era tener una muerte tranquila y se desploma en el suelo, donde una señora lo ve y dice “Dicen que los brujos se hacen los muertos, como los rabipelados.” (Rodríguez, s.f.) y posteriormente le mutiló el sexo. Al presenciar esto el padre Serafín corre hasta el Ávila y los feligreses pasan tres días buscándolo sin tener resultados, hasta que lo encuentran y este les dice “El Señor del cielo me ha distinguido entre todas las criaturas. Porque hice de mi pueblo un rebaño de suavísimas ovejas, mi padre San Francisco intercedió por mí para que el Señor me honrase como a él, dándome sus rosas divinas. Mirad. Y el padre, sonriendo con aquella sonrisa de ciertas locuras dulces que debe ser la misma de la felicidad perfecta, a los del pueblo, confundidos, mostró las manos y el pecho desnudo en donde la aspereza y los abrojos del Ávila prendieron tres vivas rosas.” (Rodríguez, s.f.)En la obra se pueden presenciar dos recursos literarios que se repiten continuamente como son: la metáfora como por ejemplo “Visto desde las faldas del Ávila, cuando el bucarl se engalanaba de verde, el pueblo era, con sus techos rojos y orlado de haciendas de café, un rubí en lo hondo de una copa de esmeralda. Ahora, porque el bucaral flameaba de flor, fingía más bien una taza de pórfido o una florida cesta de púrpura.” (Rodríguez, s.f.); El símil como por ejemplo “…en Caracas lo sueltan como un estorbo…” (Rodríguez, s.f.)

Este cuento perteneció al movimiento literario del Modernismo, el cual se caracteriza por el cuidado de la sonoridad de la lengua, el refinamiento de la expresión y una sensibilidad abierta a diversas culturas, sobre todo a la francesa.


Referencias

Rodríguez, M. D. (s.f.). Obtenido de https://es.wikisource.org/wiki/Las_ovejas_y_las_rosas_del_padre_Serafín


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